18 de noviembre de 2009

CUALQUIER TIEMPO PASADO FUE LO MISMO

EN ESTE MADRID jamás sabe uno a qué carta quedarse en el juego de las valoraciones literarias. El silencio envuelve por igual a muertos y a vivos, o, peor aún, los envuelve la alabanza pegajosa de los estúpidos, especie de engrudo que deja al artista y a cuanto representa, inabordable e intocable. Cualquier pretexto es bueno para eximir a la inteligencia de la penosa y comprometida función de juzgar; penosa porque es esfuerzo, y comprometida porque la opinión propia, si es libre y expresa, puede ahuyentar a una clientela, o enojar al patrón, o frustrar la esperanza de un destino de seis mil reales.

Todavía el 98. Manuel Azaña.

8 comentarios:

Paul Viejo dijo...

Jeje, me encanta.
Incluso para aplicármela de vez en cuando, por si se me olvida. Pero lo que más me gusta es que A. lo centre en Madrid, que es el morir. Menos mal que somos de Bilbao. Y que no vivo allí.

El único problema que le veo a la opinión propia es que a veces no es consciente de estar equivocada, claro. Pero, en efecto, mejor tener alguna. (Aunque a veces ese silencio del que habla haga más daño que la crítica.)

No sé hacia dónde iban, pero las lanzas afiladas, JC ;)

Un abrazo,
P.

PD: Que es el morir, de los provincianos que llegan -lo mismo hoy que en cualquier tiempo pasado, porque eso no cambia- buscando la gloria, el patrón, la clientela. Madriz, digo. Bendito Madriz.

Juan Carlos Márquez dijo...

Esto es fuego a discreción, Paul, una perdigonada, no va contra nadie y va contra todos, empezando por mí.

Anónimo dijo...

Yo recojo una bala del suelo y me la meto en el bolsillo por si acaso. Tanto los escritores profesionales como noveles, los críticos y los lectores(como receptores últimos del trabajo creativo) deben hacer buen uso de esa palabra llamada criterio.

Relacionado con este tema está el texto de despedida de los fundadores de Masacre en Los Jardines. Libertad de opinión y criterio a la hora de valorar los trabajos.
Un saludo cordial.
R.A.

Raúl dijo...

Vivimos en el país de las lisonjas, tan eterno y atemporal, como el de Nunca Jamás. Es un hecho.

Sergi Bellver dijo...

A de Amén. A de Azaña. Y hache, de Hazaña, por decir la sal en este mar de babas.

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Esto no lleva buen camino. En mi ciudad han recortado al 50% el presupuesto para cultura. Entre lo que nos comunicas (este país no cambia) y lo que te cuento, seremos unos ignorantes estupidos y lo más gracioso, es que algunos lo permitimos con nuestro silencio.
Saludos.

Xuan dijo...

Ya se sabe que en tiempos de crisis, se considera a la Cultura el primer bien prescindible.

Pablo de la Rúa dijo...

La opinión propia, si es libre y expresa, cuanto menos, debe volar por los techos de las casas, penetrar en su interior y dejar que se escape por las ventanas. Un saludo. Te seguiré leyendo.
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