9 de octubre de 2008

BUNBURY Y SARRIONANDIA

No soy yo nada proclive a buscar respuestas, así que me limito a hacerme preguntas:

¿Qué necesidad tenía Bunbury de tomar prestados versos de Sarrionandia y Casariego sin citar la procedencia?
¿Es una estrategia de márquetin para tener presencia mediática?
¿Se trata de una simple negligencia o un puro desliz? ¿Si es así, por qué no reconoce el, por otra parte genial músico, la inspiración y pide disculpas a los autores o al entorno de éstos?

Puedes leer la noticia en El País.

Puedes comprobar aquí que no es la primera vez que el poeta Joseba Sarrionandia inspira a los músicos.

Joseba Sarrionandia , además de filólogo, poeta y miembro de ETA fugado de la prisión de Martutene dentro de un bafle el día de San Fermín (y, por tanto, en paradero desconocido desde 1985), es el autor de una conocida sentencia sobre la importancia del cuento: Los niños piden a sus padres que les cuenten cuentos, jamás novelas. Lo poco que se sabe sobre él puedes conocerlo aquí.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Con la cantidad de buenos poetas que hay y escoge a un adalid de esa cosa vacía llamada patria vasca. Desde luego, Bunbury, si copias para crear, hazlo de un artista, si imitas formas de asesinar hazlo de un asesino.
Íñigo Martínez (en absoluto anónimo, pues, por si acaso)

Feliciti dijo...

Recuerdo perfectamente a Bunbury en sus inicios que cantaba en las verbenas las canciones de Radio Futura y tendía además a invertir las letras, nunca mencionó de quién eran pero todos sabíamos reconocer enseguida En el jardín Botánico p.ej,lo del marketing parece más viable, todo por la pasta, ya sabes.Un fuerte abrazo!

Juan Carlos Márquez dijo...

Íñigo: Sin ánimo de entrar en polémicas baldías, Sarrionandia podrá ser lo que tú quieras, pero el baremo para establecer si es o no un artista habrá de ser únicamente su obra literaria y ahí parece que hay voces acreditadas que apuntan que sí, por mucho que nos cueste desligar esta cuestión de su pertenencia a ETA.

Anónimo dijo...

Creo que en una entrevista, Bunbury se excusaba en ejemplos como el de Sabina y el tema titulado "Donde habita el olvido", basado en el conocido poema de Luis Cernuda. Muchos poetas y cantantes toman versos prestados de otros, mi opinión es que si utilizas algo lo suficientemente conocido lo puedes llamar homenaje o referencias. A Bunbury le hubiese bastado con decirlo, no veo nada malo en eso, pero en su caso parece más falta de inspiración que otra cosa.

Un caso curioso es el tema de Quique González "Aunque tú no lo sepas", que en su momento prestó a Los Secretos y que estos hicieron famoso. La canción esta basada en el poema del mismo título de García Montero, que a su vez estaba basado en un cuento de su mujer Almudena Grandes.

Q. González se pensó mucho el incluirlo en uno de sus discos, ya que la canción de los Secretos era ya muy conocida. Al final, lo hizo y nos dejó este pedazo de canción.

http://www.youtube.com/watch?v=IezM-vLMfg4&feature=related

Anónimo dijo...

Por cierto, con independencia de ideologías, la canción de Kortatu es memorable. Yo la cantaba, calimocho en mano, en las fiestas de los pueblos. Eso sí, san saber que decía. Bueno, sólo cantaba el sarri, sarri y el cristo marcha de aquí. Ah! Que jóvenes e inocentes éramos entonces.

Anónimo dijo...

También fuera de juicios políticos (los tengo, y diáfanos, con mis alumnos de Historia, así que un kit-kat, please): pretender hoy la originalidad en temas, actitudes y argumentos después de 3000 años de literatura, es absurdo. El antiguo adagio de Baudelaire ("al fondo de lo desconocido para encontrar lo nuevo") es una quimera insufrible. De hecho, yo mismo me martirizo continua y estúpidamente cada vez que capto la influencia o la idea(a veces de un evidente que apesta) de la que partió algún cuento mío. La frontera entre plagio, homenaje e inspiración es difusa, sólo pequeños matices pueden hacer grande la diferencia entre dos obras de parecido casi especular, y ahí, supongo, intervienen factores intransferibles como el estilo o el mensaje (siempre que hablemos, claro, de una obra con intención artística). Así, como apuntaba alguien, hay abismales diferencias, una vez interpretada no superficialmente la obra en cuestión sino hasta sus tripas, entre: "Cuando despertó, el dinosaurio aún estaba allí" y "Cuando despertó el dinosaurio, aún estaba allí". Matices como galaxias. Pierre Menard lo sabía.

Sergi Bellver dijo...

Me aburro a mí mismo por volver a citar siempre el mismo ejemplo para estos casos, pero tengo que darle la razón a Juan Carlos ante el juicio de Íñigo Martínez: Louis-Ferdinand Céline, un nazi francés (pocas cosas desprecio más que el fascismo o la traición) que también fue uno de los mejores escritores del siglo XX (cosa obvia para cualquier lector con criterio literario, afinidades político-criminales aparte).

Por otro lado, yo también quiero decir, sin anonimato, que el concepto de "patria" es algo personal, elástico y fluctuante. Algo que no viene de arriba (que es cuando llega podrido, perverso por el poder), sino que late desde abajo, desde aquello que cada uno tenga a bien sentir como raíz.

Por lo tanto, la idea de "patria vasca, patria española, patria estadounidense, o patria andorrana" puede estar tan vacía o completa como sienta y piense el interesado.

Dicho lo cual, he de aclarar que, inspirado por Marx (Groucho, no el otro), yo me borraría de cualquier patria que asesinara en mi nombre.

pd: anoche vi a Bunbury en Buenafuente. La letra de la canción que interpretó no sé de quién es, pero esa sí que me pareció bastante vacía. Y esto también es subjetivo, claro. Pero es que a mí Bunbury antes me gustaba bastante, aunque fuese a ratos.

El tema era la apropiación indebida y el no ser agradecido y justo con otros artistas, de todos modos, ¿no?

Feliz fin de semana a todos, vascos y andorranos.

Baco dijo...

Bueno, no hubiese estado de más que Bunbury hubiese puesto un "versos de... o palabras de..." en la carpeta del CD.
Nadie le hubiese crucificado por eso.
Copiar lo bueno está permitido. Otra cosa es copiar lo malo. Eso sí que es delito.