Jon Bilbao, además de ser dueño de un primer apellido excelso, es un narrador con muchísimo oficio, lo cual adquiere visos de exclusiva en una actualidad literaria en la que, más que escribir, está de moda ser escritor y gritarle al oído a los contemporáneos qué y cómo deben escribir.
Como una historia de terror es un libro clásico, en el sentido más digno y valioso de la palabra, siete historias que consiguen atrapar al lector en sus ficciones mediante una prosa inafectada y pulcra al servicio de la tensión narrativa y de la intriga, de las cuales el escritor asturiano demuestra ser un hábil estratega pues maneja con pericia ritmo, clímax, indicios y señuelos.
A la hora de juzgar un libro, con independencia del género al que se adscriba, acostumbro a fijarme sobremanera en cómo se desarrollan y resuelven las escenas de sexo y de violencia, ya sean verbales o físicas, pues es en éstas donde con mayor facilidad suele quedar a la intemperie el trasero de los escritores, de manera que no pocas veces lo que pretendía ser objeto de subyugación, sacudida, escándalo o excitación acaba resultando inane o, pero aún, risible. Pues bien, Jon Bilbao no sólo sale airoso de tales trances sino que se permite la licencia de narrar uno de los polvos más singulares (El hambre en los alrededores del lago) que quien esto escribe ha leído.
Otra característica que me ha llamado la atención de los relatos es la condición protagonista del entorno y de los animales, que son tratados con el mismo mimo, o a veces incluso superior, que los personajes de carne y hueso. Por las páginas del libro desfilan fortalezas, yates de lujo, bosques amenazadores, cabañas, casas transparentes, apartamentos con vistas al muelle, etcétera, metáforas de situación perfectamente armonizadas en la “arquitectura” y el misterio particulares de cada texto. Con los animales ocurre otro tanto de lo mismo. Los hay de naturaleza noble: perros y palomas mensajeras; pero también acechantes e invasores: una rata (protagonista absoluta del para mi gusto mejor relato de la colección, Rata, un texto que bien pudiera convertirse en una leyenda urbana), y un sinfín de ardillas (más ratas, en este caso trepadoras).
Y, hablando de ardillas, para terminar, les recomiendo vivamente el relato que cierra la colección y la da título, Como una historia de terror. Lo hago no sólo como paradigma de tensión y conflicto, sino también como manual práctico para tejer y destejer tramas de misterio y de terror, en esta ocasión por boca de un personaje pedante y verborreico, a quien si me hacen caso y leen este libro pronto tendrán el placer de despreciar.
AVISOS PARA NAVEGANTES:
1. Algunas historias del autor asturiano no son fácilmente amoldables dentro de los cánones recalcitrantes del cuento, así que recomiendo a los puristas que se dejen en el armario, bien surtido de alcanfor, el traje de los prejuicios antes de leer el libro. La mayoría de los relatos superan la treintena de páginas, y alguno, como el que presta su título a la colección, están más cerca de la nouvelle que del cuento y en ocasiones se sustentan sobre andamiajes de largo aliento y acogen periodos descriptivos de mayor longitud con la finalidad, supongo, de crear atmósferas intrigantes y turbias y de allanar, encauzar, aventurar o difuminar los próximos movimientos de los personajes.
2. Con total seguridad Jon Bilbao ha recibido muchas influencias (de la literatura, del cine, de la televisión y del cómic, principalmente), pero no hay otra forma de hacerse y de ser escritor y, si la hay, seguro que es una chufa. En cualquier caso, yo me he limitado a escribir sobre el libro, nada más, sin meterme en consideraciones que corresponden al autor.
4 comentarios:
Qué maravilla de reseña, Juan Carlos. Yo estoy leyendo ahora el libro y me encanta, pero también me da una envidia malsana :) Clásico, eso es lo que me está pareciendo a mí, con una forma muy especal de armar las historias y ese punto muy de Jon Bilbao, de sorpresa y a veces de irrealidad. Yo también le noto esas influencias, me gusta además cómo las integra en su escritura. Me están sorprendiendo mucho sus relatos. Una sorpresa muy grata.
El tema de la extensión se soluciona, a mi entender, así: Si utiliza la técnica específica del cuento (minimalismo, tensión, intensidad, iceberg, secreto, etcétera), es un cuento, tenga una página u ochenta.
La revista El sofá rojo se inaugura con un relato inédito de Esteban Gutiérrez Gómez, autores de El laberinto de Noé.
Como una historia de terror es una auténtica maravilla. El mejor libro de relatos que he leído en los últimos años.
Mis relatos predilectos son el que da título al volumen y La Fortaleza.
He disfutado mucho con la prosa, más densa y compleja (sobre todo en el plano sintáctico) que la de El hermano de las moscas, novela de lo más interesante.
En definitiva, no cabe duda de que Jon Bilbao es un escritor de fuste con mucho futuro.
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