14 de marzo de 2008

ESTRIBILLO DEL CHIKI CHIKI LITERARIO, POR SERGI BELLVER

Me ha hecho tanta gracia que no me he podido resistir:

Y el chiki-chiki se escribe así:

Uno: el planetans

Dos: el codiguito

Tres: el noahgordon

Cuatro: el follettón

Vender, vender, venderrr...

13 de marzo de 2008

EL CHIKI CHIKI LITERARIO

Asistimos estos días a uno de los ejemplos más ilustrativos de cómo un actor que no sabe cantar, aupado por una campaña poderosa de márquetin, puede alcanzar las cotas más altas de popularidad e incluso representar a un país en un festival internacional; cutre y amañado, sí, pero internacional.

La inocente broma de Buenafuente y su troupe de cómicos no es en absoluto graciosa, todo lo contrario, porque redescubre y pone altavoz a un panorama desolador: cualquier producto, con independencia de su calidad artística, puede ser susceptible de consumo masivo si viene precedido de una campaña adecuada de promoción.

Lo triste es que esto mismo que se nos quiere presentar como extraordinario, insólito o anómalo viene ocurriendo desde hace años (treinta o cuarenta) en el ámbito literario: las mesas de novedades de las librerías en su mayor parte no son sino una acumulación de chiki chikis.

4 de marzo de 2008

LAVABO DE SEÑORAS

Ya le he dicho que no he tenido nada que ver. Yo sólo le di la llave del cuarto de baño, como tengo por costumbre hacer decenas de veces cada día con otros clientes. De pronto sienten la necesidad inaplazable de orinar o un apretón y no pueden esperarse a llegar a sus casas. Eso es lo más normal. Hemos tirado la puerta abajo y su mujer no está dentro, así que no me venga con exigencias. Yo no la he visto salir, vale, pero tampoco tengo por qué verla. No es mi mujer. Por el ventanuco no ha podido salir. Ahí le doy la razón. No quisiera alentarle falsas esperanzas, pero venga, acérquese: Hace tiempo una novicia desapareció en este mismo lavabo y a los dos meses reapareció en la cabina de un sex shop de Amsterdam como si nada. Esas cosas ocurren, créame, pero nadie quiere darles crédito. No interesan. La vida está llena de momentos inexplicables: uno se suena en un pañuelo plisado de papel y cuando lo desdobla, como suelen los magos, aparecen dibujados unos pulmones. Sí, señor. Así respira el mundo, a base de extrañezas.