"Podría establecerse una ecuación realismo=pesimismo. El realismo es una fórmula que vitalmente da, como mucho, para el conformismo, más que para el optimismo. Poco importa que el realismo de derechas sea conformista y el realismo de izquierdas o de denuncia sea pesimista. Hay algo más profundo y es que el realismo nace limitado, resignado, corto de posibilidades. De entrada, el realismo renuncia a la imaginación, acorta sus distancias y no quiere ver más allá de lo que hay, cuando, realmente, lo que hay está siempre más allá. Optar por el realismo es ya una opción pesimista, un dar por supuesto que el mundo es superficie, que la realidad es lo que vemos. Una negativa de todas las otras percepciones y, sobre todo, una autocastración que nos somete a lo externo y nos impone la renuncia a nosotros mismos, a lo que nosotros ponemos en las cosas."
Ramón y las vanguardias, de Francisco Umbral.
Este fragmento se referencia en La ternura del nómada, introducción de Ángel Zapata a Escritura y verdad. Cuentos completos, de Medardo Fraile.
3 comentarios:
¿A qué Realismo se refiere Umbral? No parece que sean lo mismo los realismos que cultivan Galdós, Baroja, Aldecoa, Luis Mateo Díez o Javier Marías. Hablar de Realismo, a palo seco, para denostarlo, no es decir mucho.
No lo sé, exactamente, Fernando, pero en este artículo publicado en el mundo ofrece nuevas claves:
http://www.elmundo.es/2000/12/27/ultima/27N0158.html
Supongo que hay un realismo fecundo y un realismo de moda. Y este último es, por defecto, pesimista, castrante, falto de perspectiva...
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