10 de febrero de 2009
VEINTE AÑOS DE "AMANECE, QUE NO ES POCO"
Parece que fue ayer, y sin embargo han transcurrido ya dos décadas desde el estreno de Amanece, que no es poco. Yo, si les soy sincero, desconocía el dato y de no haber sido porque lo he leído en la bitácora del escritor Miguel Barrero seguiría desconociéndolo. El caso es que el largometraje de José Luis Cuerda, con guión del propio director, es uno de mis favoritos. Les dejo con un par de escenas memorables y un surtido de perlas:
-Está durmiendo padre.
- No, que va hijo.
- Me acuerdo de madre, padre.
- Pero… pero ¿no te gusta la moto que te he comprao?
- Sí, si la moto es cojonuda, pero eso no tiene nada que ver. ¿Usted se acuerda lo que les decía en las cartas?, les decía, me apetece mucho verlos a los dos cuando vuelva, a los dos. A los dos decía yo, a madre y a usted. Y cuando vuelvo la ha matao. ¿Por qué la mató padre?
- ¡Porque era muy mala!
- ¡Pero hombre padre!
- Es muy duro decírselo a un hijo, pero tu madre era muy mala. Yo he esperado a que estuvieses criado y a que tuvieses una buena ocupación, Pero ahora que tienes una plaza en Oklahoma, ¿Para qué quieres a tu madre?
- No se, pero como tengo todo el año sabático por delante sin nada que hacer…
- ¡Pero para eso es mucho mejor una moto! ¡Una moto con sidecar para ver mundo!
***
- Como tenía la quemazón esa en el culo me pasé por casa del médico para que me echase un vistazo, pero no estaba.
- Estaba con mi padre, que se ha muerto.
- ¡Ah! Pues eso sería. El caso es que su mujer se empeñó en coserme la culera del pantalón y cuando me vio en pelota… Ten en cuenta que los calzoncillos eran de nylon azul, con el fogonazo, ¡fffiuu!, vistos y nos vistos. Así que al quitarme los pantalones me quedé en bolas. Empezó a meterme mano. Oye, y qué arte, y qué cosa más zorra de tía. Total que me excité. Y con el miedo y todo a arder otra vez no supe decirle que no y… yacimos. Yacimos un ratito, no creas, pero suficiente. ¡Jo! Bramaba. ¡Qué entrega! ¡Qué receptividad! El más mínimo movimiento de mi pelvis actuaba como ganzúa en su sensibilidad más arcana. No sé si me explico. Bueno, pues a los diez minutos que me iba yo a levantar a hacer pis se ha puesto a parir como una coneja y ha soltado dos críos. ¡Mellizos!
- ¿Estaba preñada?
- ¡Qué coño va a estar preñada! ¡Los ha tenido de mí, de mí! ¡A los diez minutos! ¡Mellizos!
- Pues le has dado el día al médico, porque estaba tan contento con lo bien que se le había muerto mi padre. Pero claro, con esto que cuentas ahora…
- ¿Y quién lo iba a pensar? Anda que no me he acostado yo veces con mujeres y nunca ha pasado nada igual.
***
- Supongo que me respetarás ¿Eh Teodoro?
- ¿Qué guarradas está usted pensando padre?
- ¡Déjate, déjate! que un hombre en la cama siempre es un hombre en la cama ¿eh?
***
- Alcalde: Todos somos contingentes, pero sólo tú eres necesario.
***
- ¡Mira! ¡Un guardia civil que se persigue a sí mismo!
***
- Verá señora, ¡que quería yo hablarle de Dostoievski!
***
- ¿Y ustedes dos qué hacen aquí?
- Estamos invadiendo su pueblo
***
- ¡De orden del señor cura, se hace saber que Dios es uno y trinoooo!
***
- Calabaza, yo te llevo en mi corazón.
***
- Pues a mí el tener negocio propio me ha frenado para ser un hombre de acción, y eso que armas no me han faltado.
***
- Coño, ¡¡un negro!!
***
- Pero qué coños pasa en este pueblo, es que son fantasmas o son todos unos hijos de puta.
***
- Joder qué bonito es eso. Y qué antiguo.
***
- Oye hace mucho tiempo que no me acuesto con tu padre, con lo putero que es.
- Es que se está muriendo
- ¡Ah! Pues será de eso...
***
- Le dije a usted, cuando me pidió permiso para ejercer de escritor en el pueblo, que era mejor que hiciese lo que hacen los otros sudamericanos, que unos días van en bici y otros huelen bien.
***
[...] Y ahora me dicen que ha escrito usted "Luz de agosto", la novela de Faulkner, ¡de William Faulkner! [...] ¿es que no sabe que en este pueblo es verdadera devoción lo que hay por Faulkner?
***
- A ustedes los médicos se les reconoce una formación humanística muy por encima de la de otros científicos...
***
- Me cago en todos tus muertos. Me cago en todos tus muertos uno a uno. Qué tabarra me estás dando vírgen santísima. ¿Pero yo qué te he hecho a ti, vamos a ver?
***
- Yo he pensado que también me interesaría ser intelectual, como no tengo nada que perder.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
6 comentarios:
También para mí, Juan Carlos, esta película es algo especial. Ya sabes que la relacioné con la impresión que me dejó tu libro "Oficios"
Saludos,
P.D. y a "Amanece que no es poco", feliz cumpleaños
Gran selección. La colgaré también en mi bitácora, con tu permiso, como 'addenda' a mi post.
Claro, Miguel, cuelga lo que te parezca.
Saludos.
"...Mira tú. Labras como todo el mundo, con la misma fuerza y sin torcerte. Sigues siendo una persona sencilla. Llevas dos o tres inviernos que ni un mal constipado, y…. si además se puede hacer lo que haces con la mujer del medico…
Leer novelas sin estropearlas. Decir… glande, víscera, paradigmático… pues no sé chico no sé, pero yo no le veo más que ventajas a esto de ser intelectual."
"¡Me cago en el misterio!"
Hubo un tiempo en que, en gran medida, a mis amigos y a mí se nos redujo el lenguaje a las frases de esta película. No he vuelto a tener una experiencia igual con ninguna película española. Gracias por recordarla.
Grandes diálogos! Un abrazo
Una obra de arte. Una película irrepetible, absolutamente genial. Mira, ahora mismo la voy a ver otra vez.
Un saludo.
Publicar un comentario