Dos buenos libros que en su día no reseñé por falta de tiempo:
La línea Plimsoll, de Juan Gracia Armendáriz, un libro profundo y desolador, casi inhumano. París no se acaba nunca, un libro frívolo y superficial, muy humano.
2 comentarios:
Víctor F.
dijo...
Vaya, lo de Vila-Matas no sabe uno si tomarlo como ironía mordaz o retorcido halago demasiado consecuente.
2 comentarios:
Vaya, lo de Vila-Matas no sabe uno si tomarlo como ironía mordaz o retorcido halago demasiado consecuente.
Vila-Matas tiene un extraño poder seductor, y Paris no se acaba muy buena.
Publicar un comentario