Si aceptáramos la aseveración de Ernesto Sábato que dice que "la prosa es lo diurno y la poesía la noche: se alimenta de nuestros símbolos, es el lenguaje de las tinieblas y de los abismos", si estuviéramos de acuerdo con esta definición, entonces tendríamos que situar el cuento en el preciso centro del atardecer, con toda su belleza efímera y vacilante, pero con toda su rotundidad de conclusiones luminosas, atmosféricas y sentimentales."
Joan Rendé
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